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Hoy vamos a analizar este texto. Primero, tienen que saber que la palabra texto tiene muchos significados. Mirando 1 Cor 15:1, es claro que es un texto. Sin embargo, la palabra texto no significa necesariamente versículo. A veces dos versículos hacen un texto. Nuestro trabajo, como predicadores, es analizar todos los textos escritos por el Espíritu Santo. Por análisis queremos decir que daremos lo mejor de nosotros para hacerles comprender el contenido, las ideas, las estructuras y los valores estéticos del texto.

El análisis de un texto no es la traducción de un lenguaje a otro. Pablo dijo: “Fui escogido para ser predicador, apóstol y profesor de fe y verdad” (1 Tim 2: 7). No dijo que fue escogido para ser traductor. Alguna gente acepta “Louis Second” (Traductor de la biblia al Francés) u otros traductores como sus profesores de fe.

Estimado lector, predicar o enseñar no es traducir. Cometemos ese error, especialmente cuando la predicación se basa en un texto. En este caso, tenemos que sacar las ideas o partes del texto. Por ejemplo, podemos separar 1 Cor 15:1, el texto de análisis, en tres partes:

1) Además, hago saber a ustedes hermanos

2) El evangelio que he predicado a ustedes

3) Que han aceptado y en el cual quedan fuertes

Desafortunadamente, no tendremos el tiempo para ver las tres partes en conjunto, pero trataremos de ver dos de ellas.

Para analizar el texto de hoy, es necesario comprender la forma y el contenido. Pues, empecemos por estudiar la forma del párafo de estudio. Cuando hablamos de forma, hay que ver el idioma de origen y el estilo del texto. Así, vamos al idioma y el estilo de origen que usó el autor con los corintios: «Γνωρίζω δὲ ὑμῖν, ἀδελφοί, (Gnoridzo De Himin Adelphoi) » (para los estudiantes de la clase de Griego).

Γνωρίζω (Gnoridzo): Hago saber, es el presente, primera persona, singular del verbo Γνωρίζω (Gnoridzo), Hacer saber. Aquí, “Hago saber a ustedes”, quiere decir que hay una creación de un conocimiento nuevo. Entonces, Pablo dijo: “Estoy creando un nuevo conocimiento en su entendimiento”. En este caso “Hacer saber” significa, en sentido figurativo: “Ser la causa” (queriendo decir que Pablo es el responsable del nuevo conocimiento que tienen del Cristo).

De hecho, Pablo era la única persona escogida por Cristo para enseñar el evangelio a los corintios. Todos los demás que predicaban allá y que no fueron enviados por Pablo, el apóstol de los paganos, predicaban otras cosas diferentes de lo que YAHWEH enseñó a Pablo.

Hago saber, Γνωρίζω (Gnoridzo) es una expresión que Jesus utiliza muy a menudo. En Juan 17:26 por ejemplo. Es normal que Pablo imita su profesor, Jesus Cristo. Utilizó el mismo presente que su profesor bajo la influencia del espíritu santo. En el mismo tiempo que hablaba, estaba haciendo un comentario. Estaba hablando con todos los que representan la iglesia de Cristo. Todos los miembros de la iglesia de Corinto tenía que saber lo que les ensenaba (1 Cor 12:27). Además, no sólo los corintios sino también los que hacen un solo cuerpo, una iglesia en un pueblo o una ciudad.

Continuamos diciendo que ‘δὲ (de)’, es una partícula marcando una oposición. Es un conector restrictivo. Puede significar: “sin embargo”, “por otro lado” o “pero”. En este texto es utilizado para promover un cambio de idea. Pablo, estaba explicando la necesidad de hablar en lenguas cuando “Milagros” todavía existían, y después, tenía que cambiar de asunto, porque le habían dicho que alguna gente dudaba sobre la resurrección. ὑμῖν (Hymin), dativo plural de σύ(su), pronombre personal; plural, segunda persona: ustedes. El conocimiento que Pablo quería pasar a los corintios podía ser entendido únicamente por los cristianos, las personas que aceptaron el evangelio predicado por Pablo y los otros predicadores, es decir, los cuatro elementos que constituyen la fe de Cristo. Por qué enfatizamos sobre esto tanto? Porque él dijo: “Hago saber a ustedes hermanos”.

ἀδελφοί (Adelphoi), vocativo plural de (Adelphos). Eran hermanos porque compartían la misma religión, θρησκεία (Thrèskeia), que significa la misma adoración. Luego, para llamar a otro hermano (gente de la misma religión), tiene que nacer de nuevo. Sólo el espíritu santo puede dar esta nueva vida. Es una regeneración espiritual ocurrido en el momento que se hace bautizar. El bautismo tiene dos sentidos: uno literal y el otro figurativo. Literalmente significa ser sumergido en el agua por una persona que recibió ordenación por parte de la iglesia; es decir βαπτίζω (Baptidzo). En cuanto a la ordenación en la iglesia, se hace después de la existencia de la iglesia misma en la ciudad. En Tito 1:5, vemos que ciudad e iglesia son palabras intercambiables, es decir son sinónimos. También vimos que hay una sola iglesia donde se hace la ordenación. Además, en Hechos 11, Pablo pasó un año enseñando antes de ser ordenado.

Vuélvamos al significado del bautismo para hacer énfasis sobre el hecho de que la persona que recibió ordenación sólo bautiza el cuerpo físico, mientras que, según 1 Cor 12:13, el espíritu santo bautiza el hombre spiritual, lo hace en la muerte, el entierro, la resurrección y la aparicion del Cristo para nacer de nuevo y perseverar en la enseñanza del Cristo (Rom 6: 3-4). Los hermanos en la iglesia son los que fueron lavados por la oferta de la sangre de Cristo (Heb. 10:10). Son redimidos por la sangre de Cristo, Hechos 20:28, y hay hermandad entre ellos. “Si decimos que tenemos hermandad con él y caminamos en la oscuridad, mentimos y no decimos la verdad, pero si caminamos en la luz, tenemos hermandad entre nosotros y la sangre de Cristo nos purifica de todo pecado”. Entonces, si no nos reunimos, siendo el único cuerpo de la ciudad o el pueblo, no estamos purificados y no somos hermanos. Porque ser hermanos es representar el único cuerpo de Cristo (Heb. 2:11). Por ser hermanos, somos hermanos de Jesus: “Pues el que santifica por la oferta de su cuerpo (Heb 10:10) y los que son santificados son todos de uno. Por eso no tiene pena llamarlos hermanos”. Podemos ser hermanos del mismo país (Pedro, el día del pentecostés, llamó a los Judíos hermanos y ellos hicieron lo mismo). Podemos ser hermanos por ser del mismo país sin serlo en el Cristo. Porque hermanos en el Cristo tienen un mismo lenguaje, tienen el mismo pensamiento: « Quiero que todos ustedes digan la misma cosa » (1 Cor 1 :10).

Hasta la próxima publicación.